escuchar, contemplar, meditar

«Una mente que asume correctamente (en lugar de saber) es una mente que extrae su conclusión o bien sin basarse en ninguna razón en absoluto o bien basándose en una razón fallida. Lo hemos escuchado, parece correcto y, por tanto, lo aceptamos sin que nuestro propio razonamiento o nuestra experiencia forme parte de ello. Aunque lo investiguemos de alguna manera, no llevamos esta investigación demasiado lejos.

Puesto que esta consciencia asume en lugar de saber, no tiene la verdadera capacidad de reconocer realmente el objeto.

(Por ejemplo…)

Aprendemos lo que es la impermanencia y asumimos que las cosas son impermanentes, y eso es bueno hasta cierto punto, pero podemos correr un gran peligro si nos sentimos satisfechos con nuestro análisis limitado y nunca vamos más allá, especialmente si nuestras suposiciones están acompañadas por una buena dosis de egoísmo intelectual. Por lo general, en el budismos tibetano hablamos de las tres sabidurias: la sabiduría de escuchar, la de contemplar y la de meditar.

La consciencia que asume correctamente pertenece a la primera y sólo es verdaderamente útil si conduce a la segunda, que lleva lo que se ha entendido al siguiente nivel (aportar el propio razonamiento o  nuestra experiencia) y finalmente conduce a una meditación unipuntualizada sobre el tema.»

Estudio de la mente. Psicología budista, Gheshe Tashi Tserin, Ediciones Amara

(las cursivas son añadidos al texto original)

Lo que se refuta

El último miércoles de Lam Rim consideramos conveniente volver a leer, dentro del adiestramiento en la visión superior, el primer punto clave: lo que se refuta.

“En las intenciones inferior y media has de refutar visiones tales como la de considerar inexistentes causa y efecto.”

El objetivo en la visión superior es llegar a reconocer la verdadera naturaleza de los fenómenos, la interdependencia; llegar a conocer que la persona, o sea el yo, y el resto de los fenómenos carecen de existencia propia o autónoma. Refutar la auto-existencia como algo verdadero. Para ello hay diversos razonamientos expuestos en las enseñanzas, pero

“cuando no reconoces más que una parte del objeto de refutación y haces uso servil de los muchos razonamientos diferentes expuestos en los clásicos madiamikas, tu análisis se efectuará solamente a través de imágenes mentales obtenidas de segunda mano en cuanto a estar establecido como algo aislado o cierto. Todo eso no serán más que meras palabras. No disminuirás en nada tu aferramiento a la existencia verdadera. Si no dejas que el objeto de refutación se te presente espontáneamente y, por el contrario, sólo reactivas el pensamiento del “yo” para usarlo en el análisis como nuevo objeto de refutación, sólo llegarás a una forma teórica de la visión”.

Por tanto, reconocer en la propia experiencia el aferramiento instintivo al yo es algo imprescindible en el camino de la intención superior.

La manera en que conocemos la realidad los seres ordinarios es una mezcla de verdad relativa y de existencia verdadera. Esto es, somos incapaces de separar la existencia convencional de los fenómenos de la creencia en su existencia verdadera o autónoma. Esto nos ocurre como seres humanos, pero le ocurre igualmente a los otros seres ordinarios, incluso a una hormiga.

Nuestra ventaja como seres humanos es que podemos mediante un método adecuado llegar a descubrir, separar e identificar esa sensación y creencia en la existencia autónoma del “yo”. Podemos en la experiencia real de cada uno llegar a descubrir esa sensación, algo que no es fácil, y puede hacerse de manera errónea, si no afinamos en el método. Eso es lo que se llama identificar correctamente el objeto de negación. El paso previo para poder  hacer luego toda la argumentación de su refutación, y llevarlo a la meditación.

Pues bien, el método está luminosamente explicado en la página 486 del Lam Rim de Pabongka Rimpoché. El encabezamiento empieza en la página 484, primer punto clave, lo que se refuta.

Calma mental

Iremos comentando cada semana algún apartado de nuestra lectura del Lam Rim. Hoy hemos continuado el tema de la calma mental, meditación unidireccional o meditación en un objeto de concentración, que es una de las seis perfecciones. El logro de la calma mental requiere unas condiciones precisas, un tiempo y una técnica adecuada, que están explicados en el Lam Rim pero que pueden quedarnos quizá un poco lejos a la mayoría de nosotros. Sin embargo, unos minutos de meditación unidireccional puede formar parte de nuestra práctica habitual de meditación y será beneficioso.

Ponemos abajo el enlace para descargar un audio de unos 17 minutos donde nuestro maestro Ven. Tritul Rimpoche explica de manera sencilla y escueta qué es shamata o calma mental. Aunque el prefiere utilizar el término de enfoque mental. Se trata de intentar permanecer sin distracción, sin agitación y tampoco sopor. O sea, permanecer así, enfocados en un objeto virtuoso.

Es preferible este término de enfoque al de concentración, porque el termino concentración tiene la connotación de esfuerzo, y el de enfoque mental se adapta mejor a la permanencia apacible. O sea calma mental.

La familiaridad con el objeto, dice Rimpoche, es importante. Cuando se puede enfocar el objeto al cien por cien se obtiene shamata. Para ello, la técnica principal es la conciencia y la atención plena. Estar consciente del objeto, de manera semejante al mindfulness, tan habitual hoy día.

Rimpoche recomienda hacer este tipo de meditación durante quince minutos al día inicialmente y da en el audio algunas instrucciones sencillas para realizar una sesión de meditación. El anima a llegar a casa y empezar ya, o sea por los menos meter los pies en el agua. Como él dice, tal como a nadar se aprende nadando, de la misma forma a meditar se aprende meditando.

Descargar audio (Si lo descargas con el móvil,  utiliza el navegador, da al símbolo de descarga -flecha hacia abajo arriba a la derecha- y escoge luego descarga directa. Son 15 megas)

Factores mentales: Crueldad

Este factor es el que nos hace dañar a los demás. Incluye la acción premeditada, o sea, cuando vemos que podemos dañar a los demás, y la acción en sí de dañar. Actúa antes de hacer una acción dañina y durante la acción misma. Incluye también el regocijo cuando oímos que alguien ha dañado a otra persona. Debemos tener mucho cuidado de que no surja cuando leemos los periódicos, vemos la televisión o cuando vamos al cine. Por ejemplo, cuando vemos en el cine que matan al malo de la película, nos alegramos y decimos o pensamos: “¡Estupendo!” O también, cuando tomamos partido en los problemas político entre diferentes países que están enfrentados, solemos pensar: “¡Dale fuerte! ¡Que se fastidie!

Es muy fácil generar este tipo de mente de alegrarnos del daño de los demás al leer los periódicos. O cuando se va a una corrida de toros, es muy fácil alegrarse de que al toro le claven la espada y lo maten. O si vamos a un combate de boxeo, disfrutamos viendo cómo se pegan. O cuando hay un enfrentamiento verbal entre partidos políticos y unos a otros se sacan a relucir sus faltas, nos lo pasamos muy bien.

Factores mentales

Thubten Chodron (Cherry Green)  y publicado por Ediciones Dharma, S.L.

Ambiciona la «Noble Riqueza», Dzongsar Jamyang Khyentse

     «Ya sea la riqueza mundana o la «noble riqueza» lo que anhelamos, ninguna es fácil de adquirir. Por arduo que sea trabajar para la riqueza mundana, debemos trabajar mucho más duramente para la noble riqueza de la mente de la renuncia, el amor incondicional, la devoción y la compasión, en especial durante las fases iniciales del camino espiritual.

     Kyabje Dilgo Khyentse Rimpoché decía que la única cosa con la que los practicantes no deberían estar nunca contentos es con la cantidad de enseñanzas de darma que reciben, estudian y practican, porque la riqueza del darma es la única clase que vale la pena tener. Es ésta una verdad que un asombroso número de maestros, santos y eruditos del pasado comprendieron tan bien que estuvieron dispuestos a intercambiar su vida misma por una sola palabra de darma. También sabían que aun cuando tendremos que abandonar el cuerpo, la casa y el saldo bancario al morir, el darma es la única forma de riqueza que podremos llevarnos con nosotros.

     Si te has prendado de la noble riqueza y te gustaría adquirir un poco para ti, debes primero someterte a cierto entrenamiento básico. Siendo realista, una afición genuina por un sendero espiritual sólo emerge de pascuas a ramos, lo cual no es ni de lejos lo bastante a menudo como para asegurar tu futuro espiritual. La inspiración y el anhelo auténtico de corazón son tan raros que podrías esperar una vida entera y ni experimentarlos una vez. Un disgusto y repulsión genuino por el samsara es igualmente escaso. Y como resulta improbable que se presenten por sí mismos, debes fabricarlos o manufacturarlos. Por consiguiente, una de las primera tareas para aquéllos recién llegados al camino espiritual es revisar sus presunciones básicas y simularlas.

     De primeras, hacer que te crees que el samsara es detestable puede parecerte chocante y antinatural pero, al adiestrar la mente una y otra vez para aceptar esa verdad, un sentido genuino de renuncia empezará con el tiempo a desarrollarse en ella. Lo mismo sirve para la devoción, la confianza, el contento o la tristeza. Una vez que cualquiera de estas emociones ha sido fabricada y fraguada durante tiempo suficiente, se convertirá de forma automática en genuina, razón por la que los principiantes deben contentarse con fundamentar la mayoría de su práctica en hacer que se lo creen.»

Dzongsar Jamyang Khyentse

No para ser feliz

Ediciones Dharma